Cuando emprendemos un proyecto, es común perder la perspectiva y empezar a improvisar. La planificación nos ayuda a definir el norte de nuestro negocio y a tomar decisiones estratégicas que resuenen con nuestras necesidades. Vamos a hacer un balance del año pasado, reconectar con el propósito de nuestro emprendimiento y definir los objetivos para avanzar hacia nuestra visión de negocio ideal.
Balance del año pasado
Antes de planificar, es fundamental hacer un balance del año anterior. Analizar las ventas, las estrategias implementadas y su efectividad, y evaluar cómo se organizaron nuestras rutinas nos permitirá tomar decisiones informadas. Algunas preguntas clave son:
- ¿Cuánto facturamos y cuánto fue ganancia?
- ¿Qué productos o servicios tuvieron mayor rentabilidad?
- ¿Qué estrategias funcionaron y cuáles no?
- ¿Qué tareas operativas consumieron más tiempo?
Conectar con el propósito y la visión
El propósito es el «por qué» de nuestro negocio, mientras que la visión es cómo vemos nuestro negocio en el futuro. Escriban cómo sería un día ideal en su vida profesional y personal, describiendo dónde trabajan, con quién, y cómo impacta su negocio en la vida de los demás. Este ejercicio nos ayudará a alinear nuestras acciones con nuestros objetivos a largo plazo.
Definir objetivos de facturación
Es esencial establecer un objetivo de facturación anual y desglosarlo en metas mensuales. Esto nos permitirá saber cuánto necesitamos vender para cubrir gastos, pagarnos un sueldo y contar con un excedente. Preguntas a considerar:
- ¿Cuánto necesito ganar al mes para mi estilo de vida y cubrir los costos del negocio?
- ¿Cuántos productos o servicios debo vender para alcanzar esa meta?
Crear una estructura de productos y servicios
Para lograr nuestra facturación deseada, debemos tener una oferta variada que contemple distintas opciones de precios y metodologías. Paquetizar nuestros servicios nos ayudará a simplificar la decisión de compra para nuestros clientes y evitar solicitudes de servicios no definidos claramente.
Plan de ventas y temporalidad
El plan de ventas asigna una temporalidad a nuestros productos y servicios, generando urgencia y exclusividad. Es recomendable tener productos disponibles todo el año y otros que se ofrezcan en periodos específicos. Esto nos ayudará a organizar nuestras campañas de marketing y a estabilizar nuestros ingresos.
Estrategias y acciones concretas
Elegir las estrategias más adecuadas para alcanzar nuestros objetivos es clave. Estas estrategias deben desglosarse en acciones concretas y ubicarse en un calendario con fechas específicas. Por ejemplo:
- Publicar contenido de valor una o dos veces por semana durante tres meses.
- Hacer campañas publicitarias con las publicaciones más exitosas.
- Crear un recurso gratuito descargable y organizar un entrenamiento en vivo.
Planificación anual
La planificación anual debe contemplar grandes planes por trimestre y acciones mensuales concretas. A medida que avance el año, detallaremos las acciones específicas para cada trimestre, ajustándonos a las necesidades y oportunidades que surjan.
Comunicación
Finalmente, toda la planificación se traduce en una estrategia de comunicación efectiva. El contenido en redes sociales, email marketing y publicidad deben alinearse con nuestros objetivos de ventas y reflejar nuestra visión de negocio.
Conclusión
Planificar nuestro año es una habilidad que se mejora con el tiempo. Tomarse el tiempo para conectar con nuestro negocio y definir estrategias claras nos permitirá alcanzar nuestros objetivos y disfrutar del proceso. Recuerden que la planificación es flexible y puede adaptarse a las circunstancias cambiantes.
